martes, 19 de junio de 2018

JUGAR APRENDIENDO

Hace poco más de dos mil años, en el siglo primero de nuestra era, el maestro de retórica latina Quintiliano formulaba el deseo que “el estudio sea para el niño un juego”,  (UNESCO, p.19). Sin embargo, durante mucho tiempo esta propuesta enfrentó la resistencia de maestros y padres que pensaban que los niños deberían ocuparse en cosas “más serias”.

La UNESCO, en su documento El niño y el juego, señala que “todos los niños del mundo juegan, y esta actividad es tan preponderante en su existencia que se diría que es la razón de ser de la infancia. El juego es vital; condiciona un desarrollo armonioso del cuerpo, de la inteligencia y de la  afectividad. El niño que no juega es un niño enfermo, de cuerpo y de espíritu”, (UNESCO, p .i)

Pero, ¿es posible jugar para aprender? Para la psicóloga infantil Aitana Farré , “el juego es el recurso educativo por excelencia para aprender en la infancia ya que juega un papel fundamental en el desarrollo de habilidades piscomotoras, cognitivas y socioemocionales… ayuda a que los niños se diviertan, motiven e involucren en el proceso de aprendizaje… los más pequeños requerirán el juego simbólico y sensorial, mientras que los niños mayores requerirán juegos más estructurados y con mayores reglas”.

Con respecto a lo anterior la educadora Jéssica González Salgado destaca que en preescolar, “la parte sensorial es fundamental para estimular: aprietan amasan, pintan… Hay que permitirles que se ensucien. Lo disfrutan y es parte esencial de su desarrollo neurológico”.  Por lo que toca a los jóvenes, la también educadora Verónica Villa apunta que “se involucran con los retos, no solo para vivirlos sino para construirlos y desarrollar su creatividad”. Y la UNESCO señala que “los juegos pueden proporcionar a la práctica pedagógica, mucho más allá de la escuela de párvulos, un medio de estimular la creatividad, y la psicología moderna ha puesto de relieve la influencia de los comportamientos y de los objetos Iúdicos sobre el desarrollo de la personalidad”, (Unesco, i)